Bichos nocturnos

Para todos aquellos que no han podido conciliar el sueño, ya sea por una causa perdida, un amor extraviado o simplemente una taza extra de café.
Para quienes no se limitan a ocho horas de sueño nocturno, sino saben que en la noche es cuando todo tiende a comenzar.
Para quienes lo vean de día, esperando encontrar una magia que sólo la noche puede infundir.
Para ti, querido lector, va este blog

martes, septiembre 18, 2007

Mi, Tu, Nuestra...

Nuestra historia comenzó con una tarde que el destino y nuestras almas planearon tiempo atrás. No pensaba en contrarte en mi camino pero fue lindo poderte ver. Poco a poco nuestras almas se encontraron frente a frente y comenzaron un reino para el amor. Con verdades, coincidencias y otras cosas plantamos una semilla que noche a noche brotó. (creció)

Noche a noche nuestras almas se alimentaron de aquello que el desierto ofreció. A pesar de tantos años de no sabernos, de no tocarnos, no vernos ni oírnos, fuimos capaces de vivir, de respirar uno del otro. Nos sentimos poderosos, desafiamos la distancia, los temores, qué se yo.

Pero el tiempo hizo una mella terrible en nuestro barco de vapor. Sin pensarlo, una mañana comprendimos (ste) que no era una senda que quisiera seguir, cuesta arriba y sin una posible recompensa que le diera lo que ella merecía, imaginaba o temía. (nunca lo supe)

Se durmió, sólo el tiempo podría saber qué acontecería después.

Hoy sé que nuestra hisotira no termina, que el libro no se cierra sólo porque hayan circunstancias que nos sobrepasen y por más vasos azules se puedan romper, que el destino planeó esa tarde por alguna extraña razón que aún ahora sigue en el misterio pero que le da sentido a lo que vivo, a estas letras y -más aún- a seguir queriendo -necesitando- saber de lo que pasa ahora que yo estoy más al norte que tú...

"Será posible" no es una frase hecha, es simplemente la serena certeza que para nuestros corazones no existen barreras egoístas que nos impidan ver la felicidad que el otro puede tener, o lo que más le puede convenir, aquello que -sin dramas- lo pueda hacer feliz, o acercarlo al menos a la dicha que realmente merece.

Es de noche, son las dos, allá es la una... ¿dónde podrás estar? Yo sigo aquí, escapando un poco del extraño Sajón que me rodea. Vives en mi corazón.

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