Mi forma de pensar...!!!

Prediquemos con el ejemplo cantaba yo en un comentario con Monseñor Daniel.

Ahora es mi turno agregar una entrada a este nuestro epistolario (quisiera llamarlo así) donde nos ilustraremos y espero nos informemos los escasos integrantes de academos: Mons. Otto, Mons. Daniel y su servidor Mons. Varo.

No quiero empezar un epistolario sin antes presentarme, sin antes darme a entender en mi perspectiva y función, en mi pensamiento e ilusión, hoy voy a hablar de Mons. Varo, un jóven de 23 años que vino al mundo un 6 de Julio de 1983 a las 8 de la mañana (Eso dice mi madre), nació en el cosmopolita y no bien amada por mi Distrito Federal, eso digo de entrada puesto que no me enorgullece en nada mi lugar de nacimiento, pero mi costumbre es norteña, a los tres meses de edad me conducen hacia Coahuila, un puublecillo llamado Nadadores me ofrece su hospitalidad y cariño, ahi me conduzco como infante guiado por mi abuela hasta los 5 años, cuando fuí llevado a Monterrey que es donde actualmente vivo desde entonces, por eso predico y me enorgullezco de ser regio. He cursado mi educación en su totalidad hasta lo ke llevo en dicha ciudad, con su cerro de la silla y sus bellisimas montañas que me trasladan a algún paisaje nevado de los pirineos franceses debido a su piedra blanca.

Pero lo que voy a escribir no es una biográfia completa, solo un esboso de mi pasado, ahora continuare hablando de mi persona pero en un pensamiento presente: Mons. Varo es un hombre al que le gusta la buena vida, no es muy bien administrado pero un refrán dice que el rico es el que más tiene o el que más debe, porque ambos viven igual con lujos, aunque uno endeudado y otro solvente. Bien, soy bastante frío, no acostumbro frases como los trillados: "Te quiero, te extraño, te necesito, mucho menos un te amo", soy de la idea de que el amor se demuestra, así que les dedico tiempo a las personas que quiero, las escucho, las aconsejo, las acompaño, las consuelo, estoy dispuesto para ellas, pues las palabras son viento y se van al viento, la palabra mata al espíritu.

Tengo preferencia por los intelectuales, de hecho me rodeo de ellos, leeo lo necesario, a veces devoro libros completos en corto tiempo, eso sucede cuando estoy triste, el leer libros es mi desahogo, me desespera la gente ignorante que no quiere superarse y no entiende razones, no me interesa esa gente, me rodeo de gente inteligente para ayudar a las perosonas que poco saben y quieren aprender, la gente necia no tiene cabida en mi vida, que se acostumbren a la dificultad de pensar, porque ni el misterio ni la evidencia son faciles. Pero por el contrario para quien este convencido de ver la verdad, y una verdad que implique el rechazo de la violencia, este rechazo no se aparece como simple fe, sino como sabiduría que llena la mentalidad finita del hombre para comprender procesos inicuos y necesariamente transformarlos en verdades. Para ellos existo y aplaudo sus logros.

Creo firmememente en que la reflexión es una parte importante en el desarrollo del ser humano, se debe practicar con frecuencia para sacar conclusiones de nuestra vida y desarrollarnos como consecuencia de la crítica de nuestros actos, crecer y formar ideas evolutivas que conduzcan a nuestro mayor raciocinio y comprensión de la vida. Cuando la reflexión modifica su óptica y sus objetivos primordiales, es precisamente cuando la presión de las necesidades del hombre se hacen presentes, evidentemente hoy en día el hombre esta concentrado en sus problemas de convivencia y deja a un lado los de la trascendencia. Ahora que hablo de las necesidades, es importante mecionar que el hombre necesita satisfacerlas para su mejor desempeño, Abraham Maslow hablaba ya de un conjunto de necesidades básicas que deben ser cubiertas, tales eran: fisiólogicas, seguridad, sociales, de pertenencia, reconocimiento y autosuperación; si no estan cubiertas en ese orden es imposible que se vea un desarrollo óptimo en el hombre. "Es cierto que el hombre vive solamente para el pan, cuando no hay pan. Pero ¿qué ocurre con los deseos del hombre cuando hay un montón de pan y cuando tiene la tripa llena crónicamente". Claro esta que estas necesidades son necesarias, pero hay necesidades que se necesitan cubrir también de manera primordial y son las de trascendencia, si uno no se prepara para realmente dejar huella en este mundo podemos decir que fue un humano infecundo, ensimismado, egocéntrico, egoísta y narcisista.

entonces podemos concluir que un acto justo realizado porque es justo, conduce a una afirmación de trascendecia. Por eso puedo decir con toda libertad que aquellos que fracasan en la vida son muy aptos para asumir un tono de inocencia ofendida, y deducen precipitadamente que todos, excepto ellos mismo, han tenido una parte en sus infortunios personales. La batalla de la vida se riñe cuesta arriba, y ganarla sin lucha sería ganarla sin honrra. Si no existieran dificultades no habrían éxitos; si no hubiese nada porque luchar, no habría nada que llevar acabo. Las dificultades podrán intimidar a los débiles, pero obran como un estímulo saludable sobre los hombres resueltos y de valor. en cualquier parte que haya una dificultad, tiene que salir el individuo mejor o peor, la lucha con ella adiestrará su fuerza y disciplinará su habilidad, vigorizandole para el esfuerzo futuro.

Valga mi escrito para taladrar las conciencias de los indómitos incultos y funestos hombres que se conducen con degradante homilía pesismista como si ya hubiaran muerto antes de comenzar la batalla, metes perversas, insanas y podridas, alcancen la lucides del espíritu y no mantengan delirante y enferma su vanal existencia.

Mons. Varo