Hay veces en las que soñar lo imposible es lo único que nos queda frente a la crudeza de la realidad que nos circunda. ¡Pero cuando un cristiano sueña, no camina solo! Uno son todos gracias a la fuerza del amor y ¡todos son uno con Aquél que nos ha salvado por Amor! Así, los sueños comienzan a tener más sentido que simplemente llamarlos "buenas vibras" o "buenos deseos". Soñar nos implica a actuar. Sólo el amor puede hacer una verdadera diferencia en medio de este mundo gris.
sábado, noviembre 04, 2017
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