El Ajedrez, es más que un simple juego, hoy sólo dire mi punto real de un pensar contradictorio y raro mío, porque así somos los hombres, tercos, necios pero de buen corazón.
En la vida luchamos constantemente con la enigma para desifrar la felicidad, esperamos que atrevez de la angosta y larga realidad, vallamos explorando entre la multitud de conflictos y muros lo que deseamos, muchas de las veces tenemos que sacrificar a piezas de poco valor en el juego, para poder conseguir los códigos máximos posibles, y recrear una y mil veces la base que es una variable por el tiempo, estamos contra reloj, cuando menos lo esperamos queda sin guardia el rey, y retornamos a cubrirlo, en ese transcurso de tácticas y abstractos movimientos, el enemigo aprovecha y nos invade terreno en el juego, nuevamente entramos en contacto con el sí de una razón que analizaremos y nos llevara a una nueva visión de la batalla, como nobles caballeros jamas abandonamos a nuestro ejército y siempre lo llevaremos al final de una gloriosa lucha.
Estamos en tiempos de guerra contra reloj, y contra nosotros mismos, ansiamos ganar y ganar, pero insignificantes manecillas nos toman territorio.
La mejor forma de combatir la batalla con la vida nuestra, es vivirla, tomar posiciones que no pongan en peligro a nosotros mismos, atacar con las piezas posibles a nuestro alcance y derrocar el mal, avanzar, madurar, aprender, formar humildad y secillez, y portar algo a los demás, tomar algo lo de los demás y compartir algo con los demás, y con ese algo, con esa batalla, con esa vida nuestra lograr la mayor felicidad....
domingo, septiembre 03, 2006
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1 comentario:
Abuelito:
¡¡Excelente analogía!!
No digo que me sorprende, porque yo soy testigo de su genio analítico y su gran capacidad de abstracción. Empero, he de reconocer que me ha emocionado con sus líneas.
Nuestra vida se llena de un vaivén entre la seguridad que nos sugieres y la aventura que clama Moisés. Yo en lo particular "no doy paso sin huarache"; pero reconozco que en muchas ocasiones a lo largo de mi vida he lanzado un jaque prematuro que me ha llevado a perder la partida.
Una vez más lo felicito. Un auténtico mate con caballos, acorralando al rey enemigo: la ignominia.
Un abrazo fraterno
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